“Si no comunicas, no existes”. Esta célebre frase, atribuida a Marshall McLuhan, engloba a la perfección lo que hoy no es un gusto o un capricho, sino una necesidad de empresas y organizaciones; porque no sólo es necesario informar a las audiencias sobre qué hacemos, cómo lo hacemos o con quién lo hacemos, sino que también el porqué, siendo clave a la hora de entregar el valor asociado a nuestra marca.
Una buena estrategia de comunicación implica mucho más que aumentar las ventas; el objetivo de ésta es acercarse al target a través de la generación de una relación con esos actuales y potenciales clientes pero -más importante aún- formar parte de sus vidas, desarrollando una imagen y valoración que los fidelizarán, pasando a ser el “referente” en sus mentes.
“Si no comunicas, no existes”
Marshall McLuhan
Sin embargo, este trabajo no es inmediato, conlleva tiempo, constancia y perseverancia porque sus resultados recién podrán medirse en un mediano y largo plazo. La comunicación estratégica –al igual que la publicidad- implica un conocimiento detallado de los clientes y aquellos que queremos conquistar, pero también –a diferencia de la misma- un feedback permanente del mercado, un análisis completo del entorno (con sus amenazas y potencialidades), adaptándose y apostando a que sean otros los que hablen de ti a través del contenido que puedes entregarles (por medios propios o masivos de comunicación).
Porque hay algo seguro, si una empresa no se comunica, su competencia lo hará. Por eso, una estrategia de comunicación adecuada será un elemento crucial de competitividad y diferenciación, mediante la cual no sólo generará nuevas oportunidades de negocios, sino que también una imagen, una valoración y una reputación.
Mantener un flujo constante con los clientes -a través de canales internos, medios de comunicación o cualquier otro que implique una comunicación eficaz-, junto con mensajes proactivos, veraces, sostenibles y atractivos serán fundamentales para la creación o el posicionamiento de una marca competitiva en el mercado y en la mente de los consumidores.
Hoy, más que nunca, el mercado requiere de una comunicación transparente por parte de empresas y organizaciones. Hoy, más que nunca, existe la oportunidad y los medios para llegar a ellos con mensajes consistentes que releven los valores diferenciadores. Hoy, más que nunca, hay que atreverse.