Hace tan solo unos días, GreenCom cumplió tres años de vida, lo que es todo un logro para la época de incertidumbre que los emprendimientos y las pymes hemos vivido. Varias son las organizaciones que así lo constatan, desde la Comisión Nacional de Productividad, con su documento “Efectos del Covid-19 en la Actividad de las Empresas en Chile” pasando por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y hasta el Ministerio de Economía.
Desde mi rol de fundadora, una de las primeras palabras que se me viene a la mente al pensar en el emprendimiento es la soledad. Soledad en la incomprensión familiar -muy lógica- al restar horas de ocio o a compartir con ellos para dedicarlos a la vida laboral; soledad en la bicicleta mensual necesaria para hacer cuadrar los ingresos y las fechas de entradas con los pagos, sin caer en atrasos, para no seguir perpetuando el círculo demoroso a las pymes en Chile; soledad, porque para escribir esta columna fue necesaria una tarde de sábado, sin la presencia de los seres queridos, para contar con el tiempo y la concentración adecuadas, aunque con la presencia y cariño de las mascotas, así como la frescura de la noche tras un día caluroso.
Y mentiría si dijera que esa soledad a veces se resiente, pero al hacer sumas y restas, estos tres años también han sido de mucho apoyo de otras personas a las que me gustaría agradecer. Principalmente, a la familia, porque tras esas quejas por el tiempo, siempre hay una preocupación por el bienestar y la salud. A profesionales como Fabiola, Magdalena, Lucía, Betsabé, Carolina, Pedro, Sergio, John y otros, que con su trabajo, sus ideas y su distracción hacen todo más llevadero.
Y eso me lleva a entender y experimentar que una pyme es una fuente de empleo, a la que es necesaria proteger, dado que con ella hacemos un aporte al crecimiento del país, con el pago de impuestos, los que a veces son dolorosos, sobre todo cuando leo en las noticias que estos son malversados por gente codiciosa y sin escrúpulos. Pese a ello, aún los sigo pagando con el anhelo de construir un mejor país, para llegar a la equidad que tanto hemos pedido en los últimos años.
Y, por otra parte, una pyme también es una fuente de trabajo en equipo, ese en el que siempre he creído y el que ha hecho que GreenCom sea hoy reconocida por los clientes. Va también un agradecimiento para ellos, a los que siempre tienen una palabra de aliento y destacan el servicio recibido; a los que ponen la oreja para conversar del desarrollo de la pyme, pero también de la contingencia; a los que -incluso- han prestado asesoría desinteresada para seguir creciendo; a los que han pasado por GreenCom y ya no están, y a los que vendrán. A todos ustedes, muchas gracias, porque también aportan, poniendo la confianza y trabajando con las pequeñas empresas.
Y así, desde la soledad, se pasa a la colaboración, todos los días, todos los meses, todos los años, porque hay tareas que son solitarias, pero la mayoría son en conjunto.
Felices tres años a todo el equipo. ¡Vamos por otro más!
Por Rita Núñez
Socia directora de GreenCom
