Storytelling: El arte de contar historias con efectividad

Storytelling: El arte de contar historias con efectividad

Está siendo la técnica más usada para comunicar con éxito y causar impacto en tu audiencia. El término se puso de moda en este último tiempo y despierta tanto curiosidad como interés en conocer de qué trata esta técnica que, si bien es antigua, se ha convertido en furor a la hora de comunicar mensajes sea por las redes sociales, en texto institucional o a través de una simple disertación pública.

El Storytelling es una expresión anglosajona, que se desglosa en dos palabras: historia (story) y contar (telling). Se podría describir como una narrativa atrapante de sucesos, con un mensaje final que deja un aprendizaje o concepto. Los expertos en el tema afirman que saber cómo contar historias es todo un arte. El objetivo es lograr una mayor audiencia, es decir más vistas y reproducciones, pero también causar un efecto en las personas que escuchan, ven o leen.

Esta técnica para transmitir mensajes, que no es algo reciente ya que la capacidad de contar historias viene de las prácticas más antiguas, es realizada por redactores y guionistas como una forma completamente más efectiva que el simplemente decir o contar. Porque con la idea o mensaje a comunicar, se busca transformar la vida de las personas. Quienes la aplican son llamados “profesionales de la emoción”, por el alto grado de eficiencia y compromiso, o vínculo afectivo-emocional, que genera en las personas que reciben el contenido. Por ejemplo, es muy valorado a la hora de construir una relación entre valores y marcas.

La escritura y el periodismo son tradicionalmente los autores y narradores de historias de vida significativas.

¿Cuál es su objetivo?

El objetivo es claro: conectar emocionalmente con el otro a través de una historia. Es la forma idónea para que el público capte un mensaje que se le quiera dar, ya que se identifica fácilmente con una historia de vida similar a la suya o que le represente un acto de superación, que cuente con un reto o desafío y que tenga perseverancia, pero que sea bien contada.

Entonces, el storytelling funciona en dos planos:

  • Racional, que apunta a los procesos lógicos de las personas.
  • Instintivo, que abarca lo emocional del ser humano.

 

¿Quiénes la utilizan?

Todas las personas estamos compuestas de historias propias y ajenas, y las contamos a diario para cautivar, persuadir o convencer a conocidos y extraños. Pero en el terreno profesional es dónde se desarrolla aún más este concepto cada vez más utilizado en los canales de comunicación de figuras públicas, empresas y entidades. Puede ser a través de un posteo con palabras, imágenes o videos en redes sociales, un texto institucional, una disertación pública. La comunicación es constante.

La escritura y el periodismo son tradicionalmente los autores y narradores de historias de vida significativas. Pero en los últimos años y en la actualidad son el marketing y la publicidad quienes más utilizan el storytelling, con el fin de conectar a sus usuarios con el mensaje que desean transmitir, sin importar el formato utilizado. Actualmente, que la comunicación es en mayor medida de forma online, la técnica se adapta perfectamente al medio, demostrando que también a través de Internet se puede apelar al lado emocional de las personas que serán potenciales clientes.

Una vez que se comprenden sus objetivos y utilidad, se pueden comenzar a vislumbrar cuáles son los pasos para desarrollar un buen storytelling.

¿Cómo contar una buena historia?

  • Construir un buen mensaje

El storytelling está dividido en dos partes: la historia y el mensaje que serán transmitidos, y la forma en la que ese mensaje es presentado. La correcta sinergia entre ambos factores otorgará el éxito de lo que se pretende comunicar. Para ello el primer paso es pensar la idea a comunicar y cómo hacer para que el mensaje llegue sin dificultad al receptor. Si no hay un concepto claro que transmitir, no habrá ninguna correcta utilización de técnica que alcance. Te aconsejamos como primera tarea: pensar con claridad qué contenido quieres comunicar.

Ten en cuenta que en todo el Internet existen miles de millones de textos, videos y conferencias con historias impresionantes que entusiasmen o sorprendan a la audiencia por algunos momentos, pero la velocidad y efimeridad del siglo XXI hace que los mismos se olviden. Por ello es más relevante que nunca el interés de que los conceptos sean bien comunicados y que realmente impacten, para que puedan seguir siendo recordados.

  • Pensar el ambiente

Los eventos necesitan un espacio físico en el cual ubicarlos para continuar siendo descritos. Cuando se logra situar protagonistas y escenarios de forma clara, la imaginación y traslación mental resulta más sencilla para quien escucha o ve la narrativa en cuestión.

  • Identificar los personajes

Para armar un storytelling se deberán identificar al protagonista o grupo de personas que encarnan la historia que se narra. El personaje es quien vivencia los hechos y sufre una transformación que lleva a la transmisión del mensaje. Para alcanzar ese concepto final, debe superar el conflicto que se le atraviesa.

  • Plantear un conflicto

El problema y su posterior solución con aprendizaje. El conflicto es el principal factor que ocasiona interés en la audiencia, que lentamente irá interesándose de acuerdos a sus distintos valores y competencias culturales hasta querer saber de su resolución. Es un desafío que se le plantea al personaje, el cual indirectamente se traslada al público. Si es sencillo, no causa gran interés. En cambio, el conflicto debe ser elaborado y difícil, al punto de exigir la transformación del personaje para que sea superado.

Como verás, el arte del storytelling es mucho más que contar historias. Es una técnica de comunicación con determinadas características, que busca ser lo más efectiva posible a la hora de hacer llegar un mensaje a una persona. Los canales de comunicación claramente han cambiado durante los pasos de los siglos, pero esta técnica sigue siendo utilizada y perfeccionada. Al fin y al cabo, estamos llenos de historias y dentro de ellas hay mensajes.

 

Fuente: Universidad de Palermo 

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