Al recordarle a mis alumnos del curso Storytelling, la estrategia como relato, que el trabajo final sería la elaboración de una historia en menos de un minuto, uno de los presentes angustiado dice:
– ¡Soy de números!
– Mejor todavía, fue mi respuesta. El análisis de esos datos cuenta una historia. Aprovéchalos.
El comentario abrió una ventana de oportunidad y una idea para mirar storytelling.
Esto por dos razones, 1) el grupo pondrá atención a lo que se quiere demostrar porque genera movimiento progresivo y 2) el método, a partir de la meta, permite determinar qué sí y que no debe ir en la exposición.
¿Qué es el movimiento progresivo? ¿Qué incluir en una narración?
1. Movimiento progresivo
Es la capacidad que tiene una historia de hacer participar a la audiencia. La frase clásica “me metí en la historia” lo explica muy bien. Ello ocurre porque el narrador muy temprano indica la meta. Sin meta no hay movimiento progresivo. La audiencia o el grupo en la sala no puede involucrarse si no sabe, desde el inicio el final.
Lo mismo ocurre en una organización. Tienen metas y la gran meta y su obligación es hacerla conocida y apoyada por los equipos. No se conocen todos los obstáculos, pero siempre se conoce como debe terminar, sea mal (tragedia) sea bien (comedia).
2. Storytelling para organizar la información
La sugerencia para presentar resultados es aplicar el método para organizar sus transparencias. Debe ir solo aquello que fue punto de inflexión o generó cambio. Ello le permite al presentador tener claridad sobre lo importante y al grupo reflexionar sobre lo expuesto.
El presentador debe ser capaz de encontrar exactamente los datos y momentos más desafiantes. Siempre respecto del final o la meta. Luego, hay que revisarlos una y otra vez para que la audiencia siga la lógica de pensamiento del expositor.
Estos datos o puntos de giro son de tres tipos:
humanos (un antagonista) que en este caso puede ser la competencia (otras personas que no quieren que se cumpla la meta)
complicaciones (lo inesperado) como la pandemia
un obstáculo (luchas contra la naturaleza), como una roca en una faena minera.
Storytelling y números
Por ello, una mirada desde los números es una muy buena oportunidad para narrar historias: tiene meta y puntos de inflexión. A partir del comentario, ahora incluso creo que quienes se dedican al trabajo en torno a cifras y presentar números deberían conocer y aplicar el método de storytelling como parte de su labor. Así las exposiciones serán más claras y, sobre todo, facilitarán la reflexión de los presentes. (ver figura)